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Unos minutos que cambiaron la Historia

Por Álvaro Gª de Polavieja

Todos tenemos nuestro particular recuerdo de aquel día. En mi caso, recién finiquitado el último de los exámenes de septiembre (un clásico estival...), me disponía a irme a la playa a disfrutar de un radiante día de sol y libertad.

Recuerdo que acababa de quedar con mis amigos por teléfono y entré en la cocina para despedirme de mi madre, que estaba acabando de comer. "Adiós Mamá, me voy a la playa".

Es curioso. Más que ninguna otra imagen, recuerdo la de mi madre mirando el televisor con cara de asombro, en silencio, sin responderme. Como si no me hubiese oído. Entonces fue cuando miré la pantalla y vi la primera torre humeante, con aquel enorme boquete en uno de sus costados. La voz de Matias Prats todavía hablaba de "un accidente".

Con la mochila colgada del hombro, seguimos mirando aquella escena increíble en silencio. Poco después escuché a mi madre decir "Oh, Dios mío". Segundos después, la segunda torre era atravesada por una enorme bola de fuego.

No llegue a ver cómo caían, pero me pasé la tarde recordando aquellas dos torres heridas de muerte por el fundamentalismo. Cuando llegué a casa ya era casi de noche, y fue entonces cuando comprendí que había asistido a unos minutos... que iban a cambiar la Historia.

Hoy, poco después del décimo aniversario de los atentados del 11-S, os dejamos un impactante artículo que recoge el testimonio de personas que vivieron en directo aquel trágico instante.

Cómo me cambió el 11-S

-Cinco europeos cuentan sus experiencias-

 

Bruno Dellinger Empresario francés, escapó de su oficina en el piso 47 de la torre norte. Hoy en día, a los 49 años, vive al norte de París. "Estaba revisando mi email en la oficina, en la parte norte de la torre norte del Wolrd Trade Centre. De repente, procedente de ninguna parte, oí el rugir de los motores de un avión".

 

"Segundos más tarde el avión golpeó el edificio, provocando un temblor superior al de los terremotos que había vivido en Japón", afirma. "Al principio, conservé increíblemente la calma. Pensé que el World Trade Centre era indestructible; no se me pasó por la cabeza que iba a derrumbarse".

 

Puedes acceder al artículo completo en este enlace.