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En Septiembre, márcate objetivos

Es en parte cierto cuando nos aseguran que en Septiembre todo vuelve a empezar y desde Piquio.com nos hemos marcado este mes como el principio de una nueva etapa en la que podemos marcarnos objetivos. Vivir por y para una pasión es clave para una vida más plena y alegre. Según Tomás Álvarez, Coach y miembro de Coachesgroup, el hecho de marcarnos objetivos no solamente produce un efecto positivo para la persona al asegurar el proceso de consecución, sino que confiere a quien se compromete en el proceso otros beneficios adicionales.

Como no se deben marcar objetivos independientemente de nuestras aspiraciones fundamentales y de nuestros valores (misión y visión), el hecho de proponernos un objetivo nos obliga a mirar el conjunto de nuestra actividad y nuestra vida con una mirada más global [...]

Nos proponemos objetivos en línea con nuestros más profundos deseos más que simplemente planificar actividades o trabajos inconexos. Si queremos que los objetivos sean realistas debemos pensar en la forma en que lograremos esos objetivos, en la organización de los recursos necesarios para ello y en la ayuda que necesitaremos. Todo esto nos da una mayor seguridad acerca de lo que queremos conseguir y aumenta nuestra confianza en que lo conseguiremos.

Uno cree en su propia capacidad de conseguir cosas cuando ve el camino claro que conduce a ello y que están en sus manos los pequeños pasos que tiene que ir dando para avanzar. Un estadio conseguido es un estímulo para el siguiente, lo mismo que para el escalador una repisa alcanzada le llena de energía para abordar la siguiente.

Como persona, se tiene confianza en sí mismo si se sabe que se puede actuar sobre el medio en el que se está, sobre los otros y sobre uno mismo. No se tiene confianza en uno mismo cuando se piensa que las acciones propias, los comportamientos o las sensaciones propias dependen de factores que no se pueden gestionar y aparecen como externos a uno. El decidir, el escoger implica autoconfianza es decir un cierto grado de libertad desde el que se hace uso de los propios criterios. Sólo decidiendo la persona puede irse conociendo mejor y comprender sus comportamientos, sensaciones, creencias y nivel de autoestima.

La confianza en uno mismo tiene bastante que ver con los mensajes que a lo largo del proceso nos enviamos a nosotros mismos en los que nos repetimos lo que esperamos de éste y se convierten en una profecía auto-cumplida. Inconscientemente seleccionamos el tipo de mensajes que queremos que nos lleguen: "No será posible", "Me cansaré", "Esto es muy difícil" o bien "¡Adelante!", "Está en mis manos", "Lo voy a lograr".

Pero lo que constituye la mayor seguridad es el compromiso que uno adquiere y la conciencia de dignidad personal que da fuerza al compromiso adquirido y a la palabra dada. Es un caudal de energía notable. No quiere uno fallar a los demás ni a sí mismo y por eso pondrá todas sus energías en conseguirlo cueste lo que cueste. La tenacidad es una consecuencia de ese compromiso.

La persona tenaz no se desanima cuando falla, sino que cada revolcón se convierte en un acicate para poner más energía en juego. Sólo descansa cuando ha logrado su meta.

Un compañero Coach, Sergio Fernández tiene una frase que plasma bien esta idea. Dice que "triunfa el león que no cambia de gacela a mitad de carrera". Un objetivo al que nos hemos comprometido es algo que tira de nosotros insistentemente y en la medida en que lo mantenemos en nuestro punto de mira, nos garantiza su logro.

No basta con marcarse un objetivo para que se pueda generar la energía que asegure su consecución. Hasta que éste no se constituye en guía de nuestra actuación mediante un compromiso explicitado ante uno mismo y ante otras personas de que se quiere conseguir, no empieza a funcionar el motor que impulsará nuestra acción hasta la meta: la motivación de logro.