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2014

Buenos propósitos que nunca cumplimos

Cada año la misma historia. Tantos propósitos que casi nunca cumplimos, la vida al final nos lleva a no poder ceder en ciertos aspectos. Que si comemos mal, que si ya dejaremos de fumar más adelante, que si el gym puede esperar....Aquí te mostramos la lista de buenos propósitos que debes al menos intentar cumplir. Ahora bien, sólo nos interesa uno. Si al menos intentas ver la vida de otra manera, de otro modo...Si consigues ser más positivo, más optimista ante la vida....Habrás vencido la batalla...A por ello, feliz 2014 desde Piquio.com

1. Dejar de fumar

Fumar mata, está prohibido en espacios públicos, es caro y ahora lo que está de moda es el cigarrillo electrónico. Es el regalo estrella de estas navidades y usted no iba a ser menos: se pasa al ‘vapeo'. Si el objetivo de este cambio era llevar una vida más saludable, el cigarrillo electrónico también contiene nicotina, con lo que sigue enganchado a una droga legal. Propósito frustrado.

2. Apuntarse al gimnasio


Turrones, mazapanes, cordero, roscón de reyes y cantidades ingentes de alcohol nos remuerden la conciencia y los pantalones empiezan a apretar. Es el momento de ponerle remedio y prometemos que nos apuntaremos al "gym". Empezamos a pensar en la operación bikini. Invertir en un bono anual para el gimnasio parece una buena idea, sale mucho más económico que la tarifa mensual pero tendría que ir cuatro veces por semana para amortizarlo... No importa, está decidido. En enero empieza con energía y las agujetas le mantienen fuera de juego una semana entera. Vuelve a intentarlo y aguanta otra semana más. A mediados de febrero desiste y en junio se da cuenta de que sólo fue el primer mes. Propósito frustrado.

3. Comer más sano

Después de brindar en Noche Vieja y de haber conseguido tragar las 12 uvas viene la gran noche. Por la mañana es típico el chocolate con churros y a medio día, la mesa se llena de los restos de la noche anterior. No puede seguir comiendo así, le apetece una ensaladita, un poco de piña... Decidido, este año va a controlar su alimentación. Es un propósito tan noble como saludable, sin embargo, a menudo se pasa de un extremo al otro sin encontrar el punto medio. De comer de todo a no comer de nada. Fuera el alcohol y los refrescos, los fritos y los ‘snacks', cambia la leche por leche de soja y el café por el té, suprime la carne roja, los hidratos de carbono...y cuando se quiere dar cuenta está a base de atún, pechuga de pavo e infusiones. Pronto la falta de nutrientes hace mella y empieza a flojear, además la poca variedad se hace difícil de llevar y ni siquiera puede salir a tomar una cerveza. Al final se relaja y vuelve a los hábitos de siempre. Propósito frustrado.

4. Aprender idiomas

Los conservadores se apuntan a una academia, los autodidactas a un curso online y los más ahorradores optan por "googlear" y hacerse su propio temario. El idioma más demandado sigue siendo el inglés aunque también son muchos los que optan por el alemán. Pasa la semana de reyes y vuelve la rutina. El primer día en la academia rodeado de niños que no paran de gritar, un pack de libro y cuadernillo que cuesta cuarenta y pico euros y una profesora que se niega a hablar en español le desaniman bastante. El examen de la segunda evaluación (porque recordemos que el curso comienza en septiembre y usted se apunta en enero, con un buen propósito) hace el resto y el primer día después de semana santa no vuelve a aparecer por la academia. El autodidacta ha pagado un curso online para el que nunca tiene tiempo y además las dudas (que son muchas) no se las resuelve nadie. En cuanto al más ahorrador, el resultado no es el esperado, lo de hacerse su propio temario no ha servido y por mucho que se pone la primera temporada de ‘Homeland' en inglés todos los días sigue sin entender una palabra... Propósito frustrado.

5. Prestar más atención a amigos y familiares


Amigos a los que siempre que ve comenta eso de "tenemos que quedar" pero con los que nunca queda, familiares a los que solo ve en las 'BBC' (Bodas, Bautizos y Comuniones) y antiguos compañeros de estudios, a veces incluso de educación primaria o EGB. La lista tiene muchos nombres a los que llamar y con los que quedar a tomar un café. Pero la realidad le asalta, entre el trabajo, los niños, la casa y los compromisos apenas si tiene tiempo para usted mismo. Cuando llega a casa y termina de hacer cosas es casi media noche, no es momento de llamar a nadie. Por la mañana tampoco quiere despertar a nadie y el fin de semana, reconozcámoslo, le da pereza. Al final llega 'la vuelta al cole' y no ha llamado a nadie de esa primera lista que hizo en Año Nuevo. Propósito frustado.

6. Viajar más:


Siempre al extranjero claro está: Roma, Berlín, París, Punta Cana... Destinos tan llamativos como caros. Nunca pensamos en ir a ver la Alhambra de Granada, el parque de Doñana o el acueducto de Segovia: queremos "viajar de verdad" o eso es lo que se suele decir, parece que el turismo interior sea viajar de "mentirijilla", por mucho que sea lo que mejor se adapte a nuestro bolsillo y como esta opción no la contemplamos, y nuestro presupuesto no alcanza para viajes de verdad, un año más nos quedamos sin viajar. Propósito frustrado.

7. Beber menos:

No tiene un problema de alcoholismo pero cuando sale su mayor gasto son las copas, el fin de semana come con la familia y también bebe. Además el verano está cerca y le gustaría quitarse esa tripilla cervecera que le ha salido... Así que decide cortar radicalmente: "ni una cerveza más". Pero en seguida llegan las comidas de empresa, las reuniones con la familia y vuelve a salir con los amigos. Las primeras veces se encuentra motivado, "yo una coca-cola, por favor", pero según pasan las semanas se hace más difícil y al final termina desistiendo y vuelve a su vieja rutina. Propósito frustrado.

8. Echarse novio/a:


Salir con los amigos está bien y siempre es divertido el flirteo propio de los solteros pero haciendo balance del año que pasa, hay momentos en los que ha echado de menos un compañero/a. Decidido entonces, las próximas navidades no la pasará con solo/a. El problema es se idealiza el hecho de tener pareja, la felicidad constante, los buenos momentos y por supuesto el chico/a ideal tiene que cumplir unos estándares muy altos. Como consecuencia nadie cumple las expectativas y cuando se quiere dar cuenta las navidades vuelven a estar a la vuelta de la esquina y un año más, está soltero/a. Propósito frustrado.

9. Saldar deudas o ahorrar:


El crédito del coche, la tarjeta que ha usado estas navidades o algún préstamo personal que pidió a un familiar están entre sus prioridades. No quiere que pase el año sin cerrar estos agujeros pero, también quiere ahorrar, hacerse con un pequeño colchón por si surgen imprevistos. Al final las cuentas se imponen y conseguir un propósito implica... frustrar el otro.

10. Tener un comportamiento más ecológico


Reciclar más, separar cartón y papel, vidrio, materia orgánica... Tiene buena intención y ganas no le faltan, pero en seguida le asaltan las dudas. Surgen los dilemas del reciclaje: un trapo viejo, un montón de pelusa... ¿es materia orgánica? ¿El papel de plata, es papel o metal? ¿Va al contenedor verde o al rojo? ¿Y si resulta que no lo está haciendo bien? Entonces se para a pensar cuántos cubos de basura necesita para reciclar como es debido. Inviable. Al final opta por lo más práctico: el cubo verde para la materia orgánica y el amarillo para "el resto"... La intención es lo que cuenta pero, propósito frustrado.