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Tapones solidarios

Hoy desde Piquio.com recordamos a esta pequeña protagonista que nos ha emocionado a todos.

Aitana tiene 13 años, y corre, ríe y sueña como una niña normal, aunque estuvo a punto de no poder hacerlo. Pero 1.000 millones de tapones le devolvieron a ella y a su familia la esperanza, ilusión y felicidad que la enfermedad de la pequeña, el síndrome de DiGeorge, les arrebató. Gracias a la campaña Tapones para Aitana, iniciada por el padre de la niña, esta ha podido someterse a las operaciones que le han devuelto la vida, y ya solo le queda una.

El síndrome de DiGeorge es una extraña enfermedad genética que se da en 1 de cada 4.000 bebés. Los afectados nacen sin conexión entre el ventrículo derecho del corazón y las arterias pulmonares. Está asociada a repetidas infecciones, defectos cardíacos y algunos rasgos característicos como labios morados o manos muy frías.

Sin las operaciones pertinentes, que costaban la friolera de 535.000 euros en el Children´s Hospital de Boston, los médicos le auguraban a la pequeña dos o tres meses de vida. Para una familia española de clase media como la de Aitana, reunir el dinero necesario para salvar la vida de la niña podría parecer toda una hazaña, casi un imposible lejano e inalcanzable. Pero la entrega, resistencia y fuerza de un padre desesperado, dispuesto a todo por ayudar a su hija, fueron a dar con la solución.
José Luis, el padre de Aitana, antes de que surgiera la idea de los tapones, intentó recaudar el dinero de otras formas que no dieron resultado. Incluso compró dos coches que pretendía sortear para conseguir dinero a base de la venta de boletos. Pero no pudo vender más que 15 papeletas. Había que buscar otra opción.

Y comenzó la campaña que salvó la vida de Aitana. Cerca de nueve millones de españoles contribuyeron a la causa ofreciendo sus tapones de todo tipo de envases o botellas. Al final se reunieron más de 1.400.000 kilos de tapones, de los cuales 400 toneladas fueron para la pequeña. Con el resto, la asociación fundada por esta familia (Una sonrisa para Aitana. Tapones para una vida) está ayudando a otros niños enfermos o que poseen alguna discapacidad.

Ahora, a falta de una última operación que tendrá lugar en julio, Aitana y su familia pueden permitirse el lujo de soñar con un futuro. Ella quiere ser azafata, y gracias a esos mil millones de tapones, y esos nueve millones de personas, seguro que algún día lo conseguirá. Tanto el médico hispano estadounidense que se encarga de su caso, Pedro Jonás del Nido, como la propia Aitana y su familia, se muestran optimistas y esperanzados. Y sí, todo por unos simples tapones. Ahora, solo cabe esperar que esta campaña pueda crecer y sea capaz de salvar muchas otras vidas como la de esta niña que por fin es capaz de sonreír.