Noticias Ver todas

Frutas

Alimentos que te ayudan a sentirte mejor

Mimar a nuestro sistema nervioso es posible incluyendo en nuestra dieta elementos como el triptófano o el zinc, presentes en varios productos

 

Por Josep Fita


Hay alimentos que, por su composición, son ideales para incluir en la dieta. Y es que pueden aportar muchos beneficios a la persona que los ingiera. Sin ir más lejos, por ejemplo, mimando su sistema nervioso, algo muy aconsejable en una sociedad como la nuestra que se mueve a un ritmo frenético y donde el estrés está a la orden del día.

 

En este sentido, los alimentos ricos en triptófano pueden resultar muy apropiados. El triptófano es un aminoácido esencial, "lo que quiere decir que tenemos que ingerirlo a través de la dieta", explica a La Vanguardia J.M. Mulet, licenciado en química y doctor en bioquímica y biología molecular. El cuerpo, por sí solo, no es capaz de sintetizar (generar) a través de otros compuestos este aminoácido, y es por ello que es necesario que lo ingiramos.

El triptófano es un elemento importante ya que "puede ayudar al organismo a sintetizar el neurotransmisor de la serotonina", arguye Mulet. Conocida popularmente como la hormona del humor o la felicidad, la serotonina, además de ser importante para el correcto funcionamiento del sistema inmune, regula la secreción de la melatonina, responsable de controlar la calidad y cantidad de sueño. El triptófano, asimismo, "es necesario para el crecimiento normal en los bebés y para el equilibrio de nitrógeno en los adultos", añade la dietista nutricionista Alicia Irigaray.

Son numerosos los alimentos que contienen este aminoácido: el plátano, la piña, el aguacate... También encontramos triptófano en los lácteos en general, el huevo o las carnes magras, las semillas de maní, de calabaza, de ajonjolí, o en la soja o el tofu. Es aconsejable tener en nuestro organismo buenos niveles de vitamina B6 y de vitamina C para una buena absorción de este compuesto.

Lo mismo ocurre con el zinc, que necesita de buenos niveles de vitamina B6 -que se encuentra en muchas carnes, pescados, frutos secos, judías o legumbres- para su correcta asimilación. En relación a este mineral, un estudio realizado por el Pfeiffer Treatment Center, de Warrenville, Illinois (EE.UU.), y que se publicó en Nutrition and Metabolic Insights en 2011, determinó que las personas con síntomas de ansiedad suelen tener niveles de zinc en suero generalmente más bajos en comparación con los de cobre, o niveles elevados de cobre en relación a los del zinc.

Los científicos midieron los oligoelementos en el suero de 38 individuos con ansiedad crónica y de 16 personas de un grupo de control sin síntomas. Lo más curioso del caso es que las personas con déficit de este mineral fueron tratadas con zinc -además de con suplementos antioxidantes- y sus síntomas mejoraron de forma significativa.

"Cuando se publicó el Libro Blanco de la Nutrición ya se alertó de que la dieta española era bastante baja" en este mineral, recuerda Mulet. Un compuesto "que es necesario para equilibrar nuestro estado de ánimo", afirma la dietista nutricionista María Gil.

Asimismo, el zinc juega un papel importante en la funcionalidad de las proteínas. Para su correcto funcionamiento, una proteína tiene que plegarse de una determinada manera, "y hay algunas que, para plegarse bien, necesitan átomos de zinc", señala J.M. Mulet. Cuando hay déficit de este mineral, "estas proteínas no se generan de manera eficiente, lo que podría afectar a la función cerebral, pudiendo producir, según se ha descrito en algunos estudios, trastornos como la depresión", añade.

El zinc, que de la misma manera que el triptófano, es un nutriente esencial -cosa que implica que debemos ingerirlo a través de la dieta-, se encuentra en productos como el cacao, el chocolate, las semillas de sésamo, los cacahuetes o las almendras. "El cacao y el chocolate, además, disminuyen el cortisol [hormona que se libera como respuesta al estrés]", apunta María Gil. "Si hay mucho cortisol en nuestro organismo estamos más estresados", agrega.

Gil también apunta a que el magnesio ayuda a "disminuir la ansiedad", y añade que este oligoelemento se encuentra, entre otros alimentos, en carbohidratos complejos, "como la pasta integral de grano entero, que es el que tiene fibra y no está refinado". En este sentido, Mulet señala que el magnesio "es muy abundante en nuestra dieta" y que "cuando tienes el nivel que necesitas de este oligoelemento, por más que lo consumas no notas una mejoría". Es lo que se llama saturación de la respuesta. "El excedente lo expulsas por la orina, lo mismo que sucede con las vitaminas", subraya este bioquímico y biólogo molecular, poco amante de los suplementos alimentarios. "Con lo que hay en los alimentos es suficiente", recalca.

El hierro es otro micromineral importante para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Y un déficit de este compuesto "puede generar que haya más fatiga cerebral", esgrime María Gil. "Si uno tiene déficit de hierro tiene fatiga en general, porque el hierro está en la hemoglobina, que es la que trasporta el oxígeno", añade Mulet. "Pero ese cansancio no afecta sólo a los músculos, sino a todo el cuerpo. Y por ahí puede ser que la función cerebral se resienta", remata.

Cabe tener en cuenta, sin embargo, que el hecho de que haya alimentos, que los hay, que entre otras cosas tengan la capacidad de ayudar a que mengüen los nervios, no significa que a través de una dieta determinada podamos ser capaces de controlar un estado de ansiedad continuado en el tiempo. Como recuerda Alicia Irigaray, miembro del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de Navarra, hay alimentos que efectivamente ayudan a "disminuir la ansiedad", pero eso "no quiere decir que el consumo de éstos sea la causa directa de la mejora de la salud mental" de un individuo.

Asimismo, no hay que olvidar que, de la misma manera que hay alimentos que nos ayudan a estar más calmados, también los hay que contribuyen a que suceda todo lo contrario. Sería aconsejable, en este sentido, "disminuir o eliminar estimulantes, como la cafeína o la teína, de nuestra dieta", matiza Maria Gil, quien recuerda que es igualmente importante "comer cada tres o cuatro horas" para estar más tranquilos y "dormir bien". "Tiene que haber un aporte energético correcto. Porque si tengo un déficit energético, puedo tener más ansiedad", sentencia.

Fuente: http://www.lavanguardia.com