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Posturas

¿El estado de ánimo afecta a nuestra postura? o ¿La postura puede influenciar en nuestro estado de ánimo?

Hay un dicho popular muy conocido y que ha sido motivo de estudio por sociólogos, psicólogos, psiquiatras y otros científicos relacionados, que dice que "la cara es el espejo del alma" y es cierto que el ser humano tiene muchas caras en función de la situación, los psicólogos a este fenómeno le han llamado "rostro social".

De igual forma sucede con la postura que en muchas ocasiones refleja el estado de ánimo el cual está directamente relacionado con las emociones o sentimientos. No nos referimos a las posturas incorrectas cuando estamos delante de un ordenador o al realizar una actividad física en concreto, sino a la postura que adoptamos ante la tristeza, el cansancio, la pena... o ante la alegría, el triunfo, el dominio de la situación...

El Dr. Palmero del Departamento de Psicología Básica de la Universidad Jaume I de Castellón, en el año 1997, en el libro La emoción desde el modelo biológico citaba que Darwin basándose en premisas biológicas, estableció que los movimientos corporales y las expresiones faciales cumplían un papel de comunicación entre los miembros de una especie, transmitiendo información acerca del estado emocional del organismo.

Una persona cabizbaja, hombros proyectados hacia delante, espalda curvada, brazos caídos sin balanceo, región abdominal prominente, rodillas semiflexionadas, y que realiza una marcha arrastrando los pies es sinónimo de una persona abatida, triste, fracasada y pesimista. Una postura inversa esta vinculada a un estado de ánimo de felicidad, autoseguridad, y confianza.

Una mala postura además de no ayudar a mejorar el estado de ánimo comporta unas alteraciones importantes músculo esqueléticas y funcionales que empeoran el cuadro emocional. En el 1953 el famoso psiquiatra suizo Jakob Klaesi, aseguraba que los estados de tristeza o estados de ánimo similares provocaban una clara pérdida de tono muscular.

Un análisis de los efectos sobre el organismo de la postura descrita en las personas que reflejan abatimiento, tristeza u otros similares nos evidencian que existen anomalías como: distensiones y contracturas musculares, disminución de la capacidad de expansión torácica y consecuentemente disminución del volumen de aire respiratorio y disminución de la oxigenación sanguínea, dolores de cabeza, dolores musculares, trastornos digestivos entre otros.

Por todo lo dicho, ¿podemos asegurar que la postura influye en el estado de ánimo? Quizás no en el 100% de los casos, pero si podemos generalizar que la postura proyecta en muchas ocasiones nuestro estado de ánimo, por lo que en el momento en que cada uno es consciente de su postura, podrá intervenir en su corrección y posiblemente podrá influir en un cambio del estado de ánimo.

Ellen Goldman en su libro As others see us publicado por Routledge en el 2004, nos da unas indicaciones de cómo influir en este cambio postural y consecuentemente emocional:

• Ser consciente de tu postura correlacionándolos con tus pensamientos

 

• Valorar si los pensamientos (sentimientos) son útiles y/o eficaces

 

• Intentar, si es necesario, tomar una nueva actitud

 

• Introducir un sentimiento de cambio en el cuerpo

 

• Utilizar la postura para ayudar a generar sentimientos positivos

Fuente: http://www.activasalut.com/