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Amaxofobia

Amaxofobia: Pánico a conducir

Aunque podemos considerar como normal el sentirse nervioso al ir a conducir recién sacado el permiso de circulación o en ciertas ocasiones como puede ser conducir en un lugar desconocido con una gran densidad de tráfico. Cuando el miedo a conducir es intenso, irracional y persistente llevado hasta un extremo patológico, es decir, que nos crea problemas y dificultades y hace empeorar la calidad de vida de quien la experimenta, entonces estamos hablando de amaxofobia.

Esta fobia a conducir es mucho más habitual de lo que pensamos siendo muy fácil que algún familiar o amigo sufra o haya sufrido esta patología en algún momento de su vida, calculándose que el miedo a conducir puede estar presente en alguna ocasión hasta en el 33% de los conductores.

El origen de la fobia puede encontrarse en experiencias negativas pasadas relacionadas con la experimentación de la conducción pero también es posible que se dé en personas que nunca han podido llegar a conducir por primera vez. Eso significa que en el nacimiento de la amaxofobia pueden intervenir experiencias vividas en primera persona pero también ideas preconcebidas o información dada por terceras personas.

Una persona que sufre miedo a conducir sobrestima el peligro y subestima sus propias capacidades para hacerle frente. La fobia le limita, anula y condiciona, ya que provoca una sensación de pánico y descontrol mucho más intensa que el peligro objetivo que hay en realidad.

Los expertos dividen esta dolencia entre miedo simple y miedo paralizante, que por supuesto es mucho más grave e incapacitante por naturaleza, (el 15% de los hombres y el 16% de las mujeres con amaxofobia optan por dejar de conducir definitivamente para pasar a utilizar el transporte público). Este último representa aproximadamente el 19% de los casos y es prácticamente imposible superarlo sin ayuda profesional.

Se recomienda que cuando detectemos conductas que puedan hacernos ver que padecemos amaxofobia, no dudemos en acudir a un especialista, quien nos explicará diferentes técnicas y estrategias para afrontar el problema, como técnicas de relajación y focalización de la atención (Mindfulness), manejo de pensamientos negativos y catastrofistas, autoinstrucciones positivas, terapia de aceptación y compromiso, abordaje de sentimientos de culpa, pensamientos autocastigadores y diseño del afrontamiento gradual hacia la fobia.
Como complemento a lo anterior, también existen cursos especializados de circulación donde aprenderemos diversas técnicas de conducción más segura en situaciones de emergencia como ergonomía de la conducción, la utilización correcta del volante, la técnica correcta a utilizar en caso de que el vehículo se deslice, así como la importancia de la distancia de seguridad. Todo esto llevará a quien sufra esta fobia,  a volver a confiar en si mismo y se verá capaz de ponerse al volante sin miedo.